La hipoxia/anoxia hace referencia a una disminución del aporte de oxígeno a un tejido. En este sentido, cuando al tejido al que no le llega oxígeno es el cerebro, se denomina hipoxia cerebral.  El cerebro es un órgano que debido a su rapidez metabólica necesita mucho oxígeno constantemente por lo que cualquier disminución puede resultar en daño cerebral en poco minutos. Esta disminución del oxígeno puede venir dada por una disminución del oxígeno en sangre o por falta de riego sanguíneo al cerebro. 

Existen una serie de situaciones en las que se pueden favorecer las condiciones que lleven a hipoxia cerebral:

  • Ahogamiento
  • Estrangulamiento
  • Atragantamiento
  • Asfixia
  • Paro cardíaco
  • Traumatismo cerebral
  • Envenenamiento por dióxido de carbono
  • Complicaciones derivadas de la anestesia general 

 

Si el estado de hipoxia cerebral se prolonga más de cinco minutos puede producir coma, convulsiones e incluso muerte cerebral. 

La recuperación depende del tiempo que haya durado y los efectos producidos por el estado de hipoxia cerebral. Cuando se daña el cerebro, no sólo se desencadenen problemas en este órgano sino que se producen una serie de problemas en efecto dominó. El cerebro carente de oxígeno no es capaz de metabolizar la glucosa, sin glucosa, no se provee de energía a todas las células vivas. Además, una deprivación de oxígeno altera el flujo normal de impulsos electroquímicos de las neuronas al resto de órganos. 

Existen varios tipos de anoxia:

  • Anoxia anémica: no se produce suficiente sangre o hemoglobina. La hemoglobina es un químico presente en las células rojas que se encarga de transportar oxígeno por todo el cuerpo. Cuando no se produce suficiente hemoglobina, el oxígeno transportado al cerebro tampoco es suficiente. 
  • Anoxia isquémica: Fallo en el flujo de sangre y disminución del flujo de sangre al cerebro. Cuando se produce un accidente isquémico cerebrovascular, el flujo sanguíneo que llega al cerebro decae. 
  • Anoxia anóxica: La anoxia anóxica se produce cuando no ha suficiente oxígeno presente en el aire para ser absorbido por el cuerpo. 

 

Cuanto más dure una persona inconsciente, mayores las probabilidades de muerte o muerte cerebral y menores las de una recuperación significativa. Durante la recuperación pueden aparecer anomalías psicológicas y neurológicas como la amnesia, una regresión de la personalidad, alucinaciones, pérdida de memoria y espasmos y temblores musculares que persisten y luego desaparecen.

El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés) respalda y lleva a cabo estudios encaminados a entender las alteraciones neurológicas que pueden dañar el cerebro, como es el caso de la hipoxia cerebral. Las metas de estos estudios consisten en encontrar maneras de prevenir y tratar estas alteraciones.