Hipoxia (anoxia) cerebral

 

 

 La hipoxia o anoxia cerebral es una afección en la cual hay una disminución en el suministro de oxígeno al cerebro a pesar de que hay un adecuado flujo sanguíneo. El ahogamiento, el estrangulamiento, un atragantamiento, la asfixia, paro cardíaco, un traumatismo cerebral, el envenenamiento por monóxido de carbono y las complicaciones de la anestesia general pueden crear condiciones que lleven a la hipoxia cerebral. Los síntomas de hipoxia cerebral leve incluyen falta de atención, desaciertos, pérdida de memoria y disminución en la coordinación motriz. Las células cerebrales son muy sensibles a la privaciónde oxígenoy pueden comenzar a morir dentro de cinco minutos de presentarse un corte en el suministro de oxígeno.            Cuando la hipoxia dura por periodos más prolongados puede ocasionar coma, convulsiones o incluso muerte cerebral. En la muerte cerebral, no hay una actividad mensurable en el cerebro, aunque se preserve la función cardiovascular. El soporte vital es necesario para ayudar con la respiración.

 El tratamiento depende de la causa subyacente de la hipoxia, pero es preciso utilizar los sistemas básicos para el mantenimiento de la vida: ventilación mecánica para cubrir las vías respiratorias; líquidos, derivados sanguíneos o medicamentos para normalizar la presión arterial y la frecuencia cardíaca y medicamentos para suprimir las convulsiones.

La recuperación depende de cuánto tiempo estuvo el cerebro privado de oxígeno y cuánto daño cerebral se produjo, aunque el envenenamiento con monóxido de carbono puede ocasionar daño cerebral incluso días y semanas después del hecho. La mayoría de las personas que se recuperan totalmente han estado inconscientes por poco tiempo. Cuanto más dure una persona inconsciente, mayores las probabilidades de muerte o muerte cerebral y menores las de una recuperación significativa. Durante la recuperación pueden aparecer anomalías psicológicas y neurológicas como la amnesia, una regresión de la personalidad, alucinaciones, pérdida de memoria y espasmos y temblores musculares que persisten y luego desaparecen.

El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés) respalda y lleva a cabo estudios encaminados a entender las alteraciones neurológicas que pueden dañar el cerebro, como es el caso de la hipoxia cerebral. Las metas de estos estudios consisten en encontrar maneras de prevenir y tratar estas alteraciones.

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